El 3 de noviembre viajamos hacia Belén de los Andaquíes, Caquetá, para visitar la Escuela Audiovisual Infantil EAI, una de las experiencias de comunicación comunitaria más importantes del Piedemonte Amazónico. Durante 5 días vivenciamos la cotidianidad de los niños y jóvenes que integran este proceso comunitario.
Esto es Belén de los Andaquíes.
Por Germán Osorio Arias.
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Escuela Audiovisual Infantil |
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Pildorito entrevistándonos para su película |
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El Mono editando la pelicula de Pildorito |
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En la Plaza pública |
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Parroquia Carismática de Belén |
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La balsa del papá de Edilson y caliche |
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Papá de Daleiber, el gordo |
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En casa de Alirio Gonzáles |
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Luisito |
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Puente del río Pescado, ubicado en la entrada de Belén |
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Jornada de Ultimate |
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Alex Culma (izq) y caliche |
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El gordo calmando a pildorito |
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El mono, chilca, Alex Culma, Edilson, pildorito, Maicol y el gordo. |
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Caliche |
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De izquierda a derecha: el gordo, Maicol y el mono. |
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Pildorito llorando en el agua |
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Chilca |
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El gordo |
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Pildorito |
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Alex Culma |
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Caliche |
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La mamá de Alex hablando sobre la importancia de la EAI |
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Alex Culma y su mamá |
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Entrevistando al papá de Maira, ex estudiante de la EAI, actualmente becada en Bogotá |
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Primos de luisito |
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Antigua casa de Mi Terruño |
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Luisito |
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Papá de luisito |
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De despedida con los chicos |
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El gordo despidiéndose mientras bosteza |
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El papá del gordo hablándonos sobre la buena influencia de la EAI en su hijo |
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El hermanito de caliche |
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En e mixto, hacia Florencia |
Germán:
ResponderEliminarCada serie de fotos está mejor que la anterior; no conozco personalmente esta experiencia tan célebre de Belén de los Andaquíes, pero tu reporte gráfico me acerca a sus protagonistas- los niños y jóvenes, y sus padres- así como los jóvenes estudiantes de Comunicación de la Usco, y a la gente del pueblo, de un modo que casi siento que estuve allí esos días.
Es notable tu sensibilidad para captar en la cotidianidad gestos,momentos y encuadres memorables. Y para captar los colores y las atmósferas de esos lugares.
Es un hermoso trabajo y no dudo en recomendarlo.
Con afecto,
Juan carlos Acebedo