“Toda nuestra vida social es un impulso revolucionario, una fuerza que rebasa el orden tradicional… La misma revolución… que tiene como objetivo devolverle al pueblo el ejercicio consciente de su soberanía” Con este argumento comenzó el cumpleaños de la Universidad Surcolombiana.
Fotos: Germán Osorio Arias. Postura simbólica. |
En horas cercanas al mediodía, jóvenes en la universidad Surcolombiana se encapucharon para realizar un acto de manifestación, para muchos, sin pies ni cabeza. Éste terminó en el deterioro progresivo de la institución y en la obstrucción de las actividades universitarias. En el Ágora, el estudiantado combatiente puso de manifiesto el argumento de su intensión, el cual se fundamentó en premisas ilusorias, casi mágicas, ajenas a las necesidades reales. Por el contrario, dichas razones aportaron al estigma generalizado de la comunidad académica ante la opinión pública, al no progreso de la universidad y a la afección de actividades sociales y escolares desarrolladas en inmediaciones del claustro.
La Misiva
“Toda nuestra vida social es un impulso revolucionario, una fuerza que rebasa el orden tradicional… La misma revolución… que tiene como objetivo devolverle al pueblo el ejercicio consciente de su soberanía”. El problema existente no es la situación precaria de la realidad, sino la falsa interpretación del concepto Revolución, al que se le ha infligido el significado de roca, capucha e imprecación, contrario a la renovación o superación de las prácticas tradicionales del conocimiento, del intelecto, del pensamiento estratégico. Además, ¿cuándo el pueblo ha sido dueño de su soberanía? Falta mucho para que esta sociedad sea de cultura lectora y escrita, reflexiva.
Arguemnatción del acto. Los estudiantes leían el manifiesto. |
Aunque el texto refiere a situaciones sociales innegables como las luchas durante la historia, la consecución del anterior gobierno criminal y un estado actual de miseria que debe ser combatido, la deducción lógica del tropel no sugiere otra cosa que la constricción de las posibilidades académicas, del centro de estudio y de la libertad de expresión a estudiantes no disidentes. Lo que se logra, una vez más, es poner la universidad en la mira de la hegemonía local y nacional. Antagónicamente, sólo se consigue estimular el diseño de más políticas dañinas, engendradas bajo la discrepancia de estas acciones. ¿Juan Manuel Santos renunciará a su cargo porque algunos estudiantes alteraron el orden tradicional? ¿La gente observadora entiende el acto simbólico que se pretende mostrar? ¿La responsabilidad de estos problemas atañe sólo a la Universidad?
Las percepciones
Los gritos sin razón |
Estudiantes evacuando el recinto |
Otros estudiantes que evidenciaron el acto se atrevieron a afirmar que “una motorizada hizo una ráfaga de tiros antes de que llegara el ESMAD”. Igualmente, un video aficionado publicado en Facebook, (ver video) muestra cómo un móvil del ESMAD arrastra una moto y la arroja al fuego. El agente se ve corriendo después de este acto. Al respecto, el Rector de la Universidad, Eduardo Pastrana, afirma que en ningún momento dio autorización para que este cuerpo de la Policía ingresara a la universidad. “No puedo dar juicios sin ver el video, pero en ningún momento di la orden, absolutamente”.
Por otro lado, el administrador de una cafetería de la universidad, aseveró su desacuerdo con los hechos y con la participación de organizaciones estudiantiles en las acciones de vandalismo. “Si ese es el movimiento estudiantil, prefiero entonces unirme al partido Liberal o al partido Conservador. Por lo menos ellos le cuidan el negocio a uno. Había personas de esas que limpian parabrisas. Si a uno se le meten los ladrones a la casa y uno se va, pues está jodido”.
Corriendo hacia la estupidéz |
Videos de tropeles Universidades públicas
Usco, Univalle, Nacional de Bogotá...
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