La medición de productividad y el valor agregado son factores de suma importancia que permiten a toda empresa conocer fielmente su posición actual ante otras, hace posible una planeación concreta y definida, y son fundamentales para la supervivencia en situaciones de crisis económica. Colombia, en la última década, ha presentado un importante incremento en el sector empresarial, ha destacado reconocidas empresas que en algún momento se vieron en quiebra y ahora son ejemplo internacional. Esto demuestra la importancia en el análisis pertinente de los dos factores aludidos al inicio de párrafo.
Por ejemplo, al ingresar Javier Gutiérrez a la Presidencia Ecopetrol comenzó una nueva etapa. Sin temores, expandió sus mercados al capital privado y recaudó 5,72 billones de pesos, la mayor parte de ellos de pequeños accionistas de todo el país. Avanzó velozmente en el proceso de internacionalización teniendo hoy actividades directas en Colombia, Estado Unidos, Perú y Brasil. En esta medida los niveles de inversión han crecido de manera importante al pasar de 922 millones de dólares en 2005 a 6.925 en 2010. Esto evidencia cómo las estrategias de productividad y del valor agregado mueven las fichas en el ajedrez empresarial mundial.
Otra empresa que muestra la importancia de estos factores es EPM, líder actual en el mercado energético nacional. Sin sus niveles de productividad eficientes, EPM no hubiera puesto en práctica su interesante estrategia adquisitiva. Obtuvo la Empresa Antioqueña de Energía (Eade), las electrificadoras de Santander y la mayoría en otras compañías como la Central Hidroeléctrica de Caldas (Chec) y la empresa de energía del Quindío (Edeq). En esta medida, se nota el talante antioqueño al momento de asumir estrategias, de implementar mecanismo de protección y de diseñar formas de superación económica para asegurar el empoderamiento empresarial en la densa competencia nacional.
El Grupo Éxito no es la excepción en el desarrollo empresarial nacional. Gonzalo Restrepo, presidente de este grupo, vinculó como socio en 1999 a la compañía Casino en Francia quien fue el bastón de cojo para el posicionamiento del grupo paisa. Casino adquirió más acciones y se convirtió en el socio mayoritario de Almacenes Éxito con cerca de 52 por ciento de la compañía. El anuncio de la llegada de nuevos competidores entre ellos la compañía Francesa Carrefour, puso a la organización Éxito a emprender nuevos planes de expansión y definir mejor su valor agregado. Por ejemplo, incursionaron en otros negocios. Entre ellos, la agencia de viajes en alianza con Avianca; los seguros con Suramericana; las estaciones de servicio, nueve operadas directamente por Éxito y los negocios inmobiliarios.
Foto: Germán Osorio Arias
TERPEL es otra compañía que no se queda atrás en poner fichas bajo la manga. Su estrategia en el Valor Agregado es una de las más destacables en los últimos años. Antes del 2001, Terpel logró llevar combustibles a todas las regiones del país, por medio de siete compañías independientes que compartían la marca. Esta capacidad regional cubrió incluso los más apartados municipios, un objetivo que ninguna empresa estaba interesada y terminó convertida en una de las marcas más queridas por los consumidores colombianos, pues cualquier persona podía encontrar una estación de servicio en lugares inesperados como Amazonas, Arauca y Guaviare. En 2009 se hizo al 39% del negocio de distribución de combustibles en el país, alcanzando el 60% del mercado de combustibles para aviación y el 20% de lubricantes.
Por la línea de la anterior compañía, EXXON también es un riel para la inversión mediante el incremento productivo y la planificación estratégica. Ha hecho cuantiosas inversiones para aumentar las estaciones por todo el país hasta alcanzar las cerca de 650 que tiene hoy. Invirtió 50 millones de dólares en la renovación de la imagen de sus estaciones y tiendas, al cambiar su reconocida marca Tiger Market por la nueva On the Run. Sin embargo, de tú a tú, la competencia se ha puesto más reñida, porque nuevos actores como Carrefour y Éxito se le midieron a vender gasolina y están llevándose muchos clientes a las estaciones que han puesto en sus supermercados.
Otra empresa en que se evidencia la prosperidad en la producción es la Nacional de Chocolates. Actualmente el grupo está integrado por 42 compañías, 20 en Colombia y 22 en el exterior. Tiene 8 plantas de producción en seis países, Colombia, Costa Rica, México, Panamá, Perú y Venezuela. Pero su as de oro es el valor agregado. Para este fin, el Grupo Chocolates puso en práctica una efectiva estrategia, quedó integrado por seis categorías de alimentos, que en su orden de facturación son cárnicos, galletas, chocolates, café, helados y pastas. En los últimos tres años, el grupo ha generado 4.500 nuevos empleos para un total de 28.000 personas. Su esencia, la internacionalización en su mayor periodo de expansión.
La reconocida empresa Avianca implementó en el 2003 una eficaz estrategia. Ésta comenzó al nacer la Alianza Summa, como fruto de la unión entre Aces y Avianca. Los mercados no se recuperaban luego del dramático episodio de las Torres Gemelas, y mucha gente había dejado de volar por miedo a la seguridad de ese medio de transporte. Sin embargo, su presidente, Germán Efromovich, emprendió la estrategia de mejoramiento en la cultura empresarial e invirtió grandes cantidades de dinero para mejorar la flota. Su valor agregado consiste en la más grande compra de aviones comerciales en la historia del país. Se trata de 5000 millones de dólares para comprar 72 aeronaves Airbus y Boeing de última generación.
En conclusión, las empresas expuestas en esta redacción ponen de manifiesto el imprescindible control de productividad y valor agregado necesario para solidificar los andamios que mantendrán el sector empresarial colombiano en la altura. Dichas empresas son un fiel ejemplo de la planificación estratégica, el consenso inversionista, de la medición en su productividad y de la creatividad para generar eficientes respuestas en relación al valor agregado. Existen, sin embargo, muchos problemas que aún tienen al empresariado colombiano en el subdesarrollo.
Es innegable que aún perdura el letargo comercial y el pánico a las fuertes inversiones, pues es de tener en cuenta que la productividad depende, en gran medida, de la inhibición de la incertidumbre económica y de las oscuras políticas reguladoras. Las empresas deben redimirse de la corrupción, deben invertir en infraestructura e imagen, deben mejorar sus estrategias de financiación, deben estimular estrategias para su competencia leal y deben fortalecer su sistema de calidad, pues una característica en este campo, es la debilidad en el control de calidad.
Bibliografía
· RUIZ Keta, GUASCH José Luís y GUILHERME José Reis. Construir los fundamentos para la competitividad. 2005.